Sobrepeso y obesidad


Supongo que esperabas que una dietista-nutricionista te hiciera una dieta. Yo misma empecé trabajando así porque era lo que me habían enseñado que debía hacer. Pero tras aprender lo que más de 2000 pacientes me han enseñado en los últimos 13 años, mi percepción de la realidad ha cambiado totalmente.
He ido transformando progresivamente mis abordajes terapéuticos, analizando qué era lo que no acababa de funcionar y probando nuevas estrategias que me hiciesen conseguir mejores resultados con mis pacientes, hasta tal punto que a día de hoy mi enfoque no se parece en nada al que utilizaba hace 13 años (afortunadamente).

La especialidad de nuestro centro son personas con mala relación con la comida, ansiedad, “mentalidad dieta”, dificultad para perder peso, antecedentes de varias dietas/métodos/productos para adelgazar, a las que les cuesta mantener los buenos hábitos o no
llegan a instaurarlos porque consideran que les falta “fuerza de voluntad”, una frase que en realidad camufla muchas otras cuestiones que hay que trabajar. Porque si sigues haciendo lo mismo siempre no puedes esperar resultados diferentes.
estudios









¿Llevas toda la vida "a dieta" pero el peso siempre vuelve? Cambia el enfoque para cambiar el resultado.
En el centro trabajamos ayudando a personas que quieren mejorar sus hábitos para mantener un peso saludable a desterrar la mentalidad dieta en favor de opciones más útiles, agradables y sostenibles a largo plazo. Ayudamos a mejorar la relación con la comida, especialmente a aquellas personas que ya lo han intentando varias veces a lo largo de la vida. Trabajamos desde la educación alimentaria y/o la psiconutrición, pero no es una terapia centrada en el peso y en el control, sino en el cambio de hábitos progresivo y realista desde el autocuidado. El cambio empieza desde dentro y hacia fuera, y no al revés.


Huímos de la mentalidad- dieta y de enfoques centrados en la báscula. Tu bienestar psicológico es la base.
Tenemos una metodología propia, donde tras valorar cada caso en particular asignamos a nuestros pacientes a una de nuestros tres tipos de terapias, según sus necesidades. A partir de ahí, la terapia se divide en varias fases progresivas en las que se va avanzando a medida que el paciente toma las riendas de su cambio, adquiriendo más conocimientos y trabajando en ellos de una forma autónoma acompañado/a por las profesionales del centro.
En el centro estamos libres de conflictos de interés ya que no vendemos ningún tipo de producto o suplemento alimenticio. Tampoco reñimos ni juzgamos. No nos gustan las prohibicionesy basamos nuestras recomendaciones en las evidencias científicas, luchando contra los innumerables mitos alimentarios que existen. No trabajamos con dietas, ni hay que pesar la comida ni nuestro concepto de comida saludable es “pechuga con lechuga”. El placer de comer es fundamental en cualquier proceso de cambio de hábitos, si no se disfruta, no se mantiene en el tiempo.

Fomentamos cambios realistas, progresivos y sostenibles adaptados a las necesidades individuales.
¿CÓMO FUNCIONA NUESTRA METODOLOGÍA?
Tras recibir el primer pago inicial del primer mes se le reservará al paciente una plaza en el centro. En ese momento el paciente recibe un cuestionario que tiene que reenviar cubierto antes de la primera consulta de nutrición.
Basamos nuestros tratamientos en el bienestar psicológico, el autocuidado, la flexibilidad alimentaria y autoconocimiento para el cambio.
En la primera consulta de nutrición de aproximadamente una hora de duración se identifica cuáles son los diferentes aspectos en los que hay que trabajar. En esta primera consulta se valora si hay necesidad de acompañar las sesiones de educación alimentaria con sesiones de psiconutrición para trabajar también otros factores que afectan a que los buenos hábitos no se instauren (problemas de autoestima, distorsión de la imagen corporal, mala relación con la comida, ansiedad, trastornos alimentarios…) y obtener así más garantías de que el cambio se mantenga en el tiempo.

Para estos casos, en el centro disponemos de una psicóloga especializada en psicología del sobrepeso y relación con la comida, un pilar clave para que el cambio de hábitos se mantenga a largo plazo y se prevengan recaídas, ya que si no se cambian los hábitos desde la raíz, los malos hábitos vuelven y en consecuencia, el peso.
Si fuese el caso, tras la primera consulta de nutrición se realizaría una primera consulta de psicología, donde se valoraría si el paciente necesita empezar con la terapia de psiconutrición básica o con la terapia de psiconutriciónavanzada en función de las necesidades.


El/la paciente recibe tras la primera consulta de nutrición recibelas primeras pautas nutricionales a seguir, un ejemplar del libro “La salud en tu plato” y acceso a material exclusivo de educación alimentaria, vídeos, recetas, ideas saludables y material de ayuda con la planificación de las comidas.
LIBÉRATE DE LAS PROHIBICIONES Y DISFRUTA CUIDÁNDOTE PARA SIEMPRE: FUERA BÁSCULA, ADIÓS DIETAS.

Trabajamos con registros de comidas. Recomendamos apuntar en una plantilla todo lo que se va comiendo cada día y esa es la herramienta base de trabajo en las sesiones. Nos sirve para analizar cuál es el punto de partida, qué hábitos se van integrando, cuáles cuestan más de interiorizar y encontrar soluciones. También ayuda al/a la paciente al proceso de toma de consciencia, que es fundamental para que
el cambio se produzca. En base al registro se van trazando nuevos nuevos objetivos, siguiendo el principio de progresión. A medida que el paciente va integrando los nuevos hábitos, se van planteando nuevos objetivos para seguir mejorando. Las sesiones se acompañan de tareas y lecturas para realizar en casa y se trabajan temas de educación alimentaria en función de las necesidades detectadas en consulta.


Nuestra prioridad es tu salud y tu bienestar ya que no obtenemos beneficios económicos por recomendar o vender ningún producto en concreto.
Junto con las consultas individuales de nutrición y psicología (si fuese el caso) se alternan sesiones psicología y de educación alimentaria en grupos muy reducidos de pacientes en situaciones similares. En estas sesiones de hora y media de duración, se trabajan diferentes temáticas necesarias para el autoconocimiento y el cambio, dudas, dificultadesy preocupaciones de los asistentes y se aportan soluciones entre todos/as.
Te atenderán tituladas universitarias en nutrición humana y dietética y en psicología, debidamente colegiadas.
A medida que en el centro vemos que la persona va integrando los nuevos hábitos la vamos pasando de fase progresivamente, en función de la terapia en la que empiece, disminuyendo la frecuencia de las consultas de psicología y de nutrición, tal que así:


Nuestra prioridad es tu salud y tu bienestar ya que no obtenemos beneficios económicos por recomendar o vender ningún producto. Somos profesionales independientes.
El cambio de fase (los progresos) no se valoran en función de la pérdida o no de peso, sino de los progresos a nivel autoconocimiento, actitud proactiva para el cambio, mejora de la relación con la comida, ganancia en recursos de gestión de las diferencias situaciones (alimentarias o no)…

HISTORIA REAL
En la primera consulta me contó que había probado de todo para adelgazar (o eso creía ella), que había hecho todo tipo de dietas y restricciones, consumido diferentes productos y acudido a diferentes profesionales. Tras el último intento frustrado, la habían puesto en lista de espera para una cirugía de reducción de estómago.
Después de explicarme sus antecedentes le pregunté: “Veo que has pedido muchas veces ayuda para mejorar tu alimentación ¿Alguna vez te has visitado con un dietista-nutricionista?” La cara fue de sorpresa, pero al instante se dio cuenta de que no, nunca había acudido al profesional sanitario más especializado en alimentación y nutrición. La siguiente pregunta fue: “¿Nunca has intentado mejorar tus hábitos sin prohibirte ningún alimento?” Cara de incredulidad esta vez, ya que ella había interiorizado que para adelgazar había que sufrir, prohibirse ciertos alimentos y evitar reuniones sociales y que si no lo hacía así, no lo estaba haciendo bien.
Como es comprensible, con ese planteamiento sus intentos duraban poco tiempo y eso mermaba más su autoestima, arraigando la creencia de que su sobrepeso era una condición inherente a ella y que lo que fallaba era que no tenía “fuerza de voluntad”.
“Acudo a ti para que me pongas firme”, “es que si pago me obligo”, “mi problema es que me gusta de todo” son algunas frases que decía con resignación y en las que percibía cierto tono de culpa, frases que me daban mucha información de qué era lo que podía estar sucediendo tras ese sobrepeso. Se despidió en la primera consulta con lágrimas en los ojos: “He ido a muchos sitios y es la primera vez que me escuchan y me entienden”.
Sin embargo, tras este primer contacto inicial y durante las primeras sesiones, los mensajes que le intentaba transmitir no le estaban llegando. Carla seguía enfocando el proceso cómo en sus experiencias anteriores. Tenía muy arraigada la mentalidad dieta y le costaba entender cómo llevarlo de otra manera. Su peso no bajaba y su frustración y ansiedad aumentaba por momentos.
Así se sucedieron semanas de conversaciones que a priori parecían infructuosas. Pero Carla esta vez no desistió.
Un día algo cambió. No sabemos cuál fue el detonante, pero el caso es que fue como si de repente hubiera despertado, como si de repente todos los mensajes que habíamos ido trabajando encajaran como las piezas de un puzzle. En ese momento fue consciente de lo que le había estado intentando transmitir en nuestras sesiones.
Poco a poco, empezó a enfocar mejor sus objetivos y a llevar a cabo acciones que le acercaran a ellos, a ser más flexible con su alimentación y con ella misma, a ver soluciones en lugar de problemas, a empezar a disfrutar de la comida, a escucharse y a quererse cada día más… Y de esta forma, descubrió que cambiando su enfoque no solo perdía peso, sino más importante aún, que cada vez se sentía mejor consigo misma, más tranquila y que empezaba a ver “la luz al final del túnel”. Este fue el inicio de una transformación desde dentro que se acabaría manifestando por fuera.
Meses después, Carla recibió una llamada. Era para realizar una consulta previa a la cirugía de reducción de estómago. Pensó en cancelar la consulta ya que ya no la necesitaba, pero al final decidió ir solo para contarles su experiencia más allá de su evidente cambio. Para contarles que el problema no estaba en el tamaño de su estómago.

Porque si no cambias de enfoque seguirás toda la vida “a dieta”, sufriendo restricciones, culpabilizándote tras excesos y pendiente permanentemente de las básculas.
¿TE ANIMAS A INTENTARLO DE UNA FORMA DIFERENTE ESTA VEZ?